Tal y como define la Organización Mundial de la Salud, “La obesidad es una compleja enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”.
Una enfermedad que, desgraciadamente, no solo la parecen los adultos. También los niños.
La OMS estima que, en el año 2022, 37 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso, y más de 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19. Además, en esta segunda franja de edad, hemos pasado del 8% en 1990 al 20% en 2022. Considerado en tiempos como un problema de los países de ingreso alto, el sobrepeso va en aumento en los países de ingreso bajo y mediano.
La principal causa de ello es un desequilibrio entre la cantidad de calorías diarias que comen y el gasto calórico generado. Es decir, una inadecuada alimentación unida a una baja actividad física.
Según la Gasol Foundation, en España, la situación socioeconómica en la que crece el niño, niña o adolescente, determina la posibilidad de presentar obesidad infantil.
La obesidad infantil está asociada a numerosos problemas de salud física y mental en la infancia, afecta al rendimiento escolar y a la calidad de vida, a lo que se añaden la estigmatización, la discriminación y la intimidación; y en la edad adulta, que conllevan importantes costes sanitarios, sociales y económicos, lo que la convierte en uno de los retos de salud pública más importantes del siglo XXI en Europa.
Por ello, la Unión Europea, para abordar este reto, entre otras acciones, promueve iniciativas que ponen en valor el consumo de todas las frutas y verduras, como, por ejemplo, el de las manzanas que siguen los estándares de calidad europeos.
Desde el programa europeo de AFRUCAT: “Cuídate como te cuidan las manzanas”, hoy queremos aportar nuestro granito y proponer una serie de consejos que nos ayudarán a que los niños, las niñas y los adolescentes lleven una vida más equilibrada. Si eres papá o mamá, te interesa tener siempre presente estas recomendaciones. ¡Toma nota!
Alimentación equilibrada y completa. Acostumbra a tus niños a comer de todo. Es muy importante que, desde pequeños, se acostumbren a llevar una alimentación basada en frutas, verduras, legumbres, lácteos, pescado, cereales y carne.
Ejercicio. La falta de ejercicio es una de las principales causas de la obesidad infantil. Es muy importante que los niños realicen de forma individual o en grupo alguna práctica deportiva que les motive: jugar al fútbol, hacer ballet, ir a natación, atletismo, bicicleta… Pero lo importante es que hagan la actividad que realmente a ellos les motive, que la hagan con ilusión.
Establecer un horario. Comer a deshoras, y más si son alimentos poco convenientes para nuestra salud, no es nada recomendable. Es muy importante que las familias se establezca un horario para cada comida y que siempre se realicen con calma, sin prisas, y en un ambiente distendido y sin distracciones. Es muy importante que, mientras se come, no se esté viendo la televisión ni se esté jugando con dispositivos móviles. En este sentido, los adultos deben de dar ejemplo y no estar chateando ni prestando atención a la televisión mientras se está comiendo en familia.
Toma lácteos. La leche es un alimento básico desde el punto de vista nutricional en el marco de una dieta variada y equilibrada. Lo recomendable es consumir de 2 a 3 raciones diarias de leche y lácteos a partir de los 12 meses.
Evita la comida rápida. Evitad comer comida rápida como hamburguesas o pizzas de cadenas de restaurantes fast food o similares.
Quienes comen habitualmente este tipo de comida consumen una mayor cantidad de calorías, grasas, carbohidratos y azúcares añadidos en esas comidas.
Dar ejemplo. Es muy importante que los padres o adultos con los que conviven los niños sean ejemplo. Si eres papá o mamá, tú has de ser el primero en dar buen ejemplo. Lleva un estilo de vida adecuado. Recuerda que hacer deporte con frecuencia y llevar una dieta saludable es primordial para frenar la obesidad, tanto en adultos como en niños.
5 raciones al día de Frutas y verduras, de las que 3 tienen que ser frutas. La fruta de temporada, especialmente las manzanas, nunca pueden faltar en la alimentación de los niños y niñas, como alimento para llevar una dieta equilibrada y combatir así la obesidad infantil.
En nuestro blog, el artículo “Ideas para que los niños coman más fruta”, te damos una serie de consejos para que a tus peques disfruten cada día comiendo fruta fresca y de temporada.
Nunca salir de casa sin desayunar. Los niños deben desayunar siempre y de forma más completa posible. Es muy importante que los niños, antes de salir de casa para ir al cole, desayunen tranquilamente productos naturales: leche, fruta, cereales, jamón serrano… evitando siempre la bollería. No desayunar podría suponer un menor rendimiento escolar.
Stop a los alimentos ricos en azúcares. Es fundamental moderar el consumo de productos ricos en azúcar como las golosinas, los dulces y los refrescos.
Que la alimentación sea una cuestión familiar. Para que los más pequeños comiencen a valorar la importancia de comer adecuadamente, es importante hacerles partícipes de todas las rutinas relacionadas con la alimentación: hacer la compra, cocinar, preparar la mesa, aprender recetas nuevas, conocer cómo se cultivan o producen ciertos alimentos…
Esperamos que todos estos consejos os sirvan para mejor la alimentación de los peques de la casa y hacerles conscientes de lo importante que es cuidarse tanto como te cuida una manzana.